Roles en acción: Un vistazo a un ciclo de formación en Fe&Vida
Hemos preparado una muestra donde pueden ver cómo interactúan los estudiantes, mentores y coordinadores en un ciclo real. Esto les dará una visión concreta de cómo nuestra alianza cobra vida en el día a día.
Hola, nos alegra saber que has llegado hasta este punto para conocer cómo nuestro programa puede apoyar la formación en tu iglesia, por eso queremos abrirte una ventana para que veas, de manera práctica y real, cómo se vive un ciclo de formación completo.
Sabemos que al considerar una herramienta de formación externa en nuestras iglesias, surgen preguntas importantes. Preguntas como: “¿Perderemos la supervisión pastoral en el crecimiento de los líderes?” “¿Cómo podemos confiar en que esto se alineará con nuestra doctrina y visión?” o “¿Viene este programa a sustituir el discipulado que ya hacemos en casa?”.
Estas inquietudes son legítimas y necesarias. Por eso, en los próximos minutos, no hablaremos de la teoría o la técnica, sino de la vida real y la experiencia de formación. Nuestra visión es ser un ministerio que fortalezca la formación y crecimiento que ya se vive en cada iglesia. Hoy te enseñaremos exactamente cómo funciona
Para visualizarlo, acompáñame a ver un ciclo de formación de ocho semanas a través de los ojos de tres personas clave: Elena, la coordinadora de iglesia; Carlos, el mentor; y Javier, el estudiante.

Primero, conozcamos a Elena, una líder que sirve en el ministerio de mujeres. Su pasión es ver a las personas de su congregación crecer y encontrar su lugar de servicio.
Al inicio del ciclo, Elena recibe un correo de bienvenida y ánimo en su rol de apoyo a los participantes de su iglesia. Elena asegura que todos hayan podido acceder a la plataforma y les recuerda la importancia de tener su primera sesión de mentoría durante estas primeras semanas para establecer un buen ritmo desde el principio.
Cada 2 semanas (esto es importante para el desempeño de su rol), el Departamento académico de Fe&Vida le envía un informe de seguimiento. En estos informes ve que la mayoría avanza bien, pero, oh oh!, nota que un estudiante está "En riesgo" en relación al progreso esperado dentro del ciclo, pero Elena se pone en contacto con este estudiante para ver si ha tenido alguna dificultad y animarlo a ponerse al día, estas alertas permiten que su apoyo sea informado y pertinente.
Con el ciclo a mitad de camino, Elena conversa brevemente con algunos de los mentores para preguntarles cómo sienten el proceso. También, en una reunión con el pastor, conecta el tema de los módulos actuales con una necesidad ministerial de la iglesia, facilitando algunos puentes para la aplicación práctica del aprendizaje de cada estudiante.
Al finalizar el ciclo, revisa el informe final, todo ha ido muy bien, celebra los logros del grupo y prepara un breve resumen con los testimonios más destacados para compartirlo con el liderazgo pastoral, mostrando un impacto tangible de la formación.
Entonces, el rol de Elena es principalmente un facilitador interno que mantiene al grupo conectado y alineado con la visión de su propia iglesia.
Ahora, cambiemos de perspectiva, conozcamos a Carlos, el mentor. Es un líder de la iglesia con experiencia en el discipulado, contador de profesión, y con un corazón para el discipulado.
Para Carlos, el ciclo de formación no consiste en enseñar, sino en guiar. En su primera sesión con Javier, el estudiante, utilizan la "Guía para la primera sesión" para alinear sus expectativas y orar juntos. Antes de las sesiones, Carlos no tiene que estudiar todo el módulo; pero sí podrá ver las “Notas para el mentor”, son básicamente resúmenes de cada módulo para conocer el viaje en el que se encuentra Javier.
Durante una sesión, Javier comparte cómo está abordando el caso de estudio hipotético de uno de los Proyectos Fe&Vida. En vez de darle una solución directa, Carlos le pregunta: "Javier, ¿qué principio bíblico ves que puede resaltar en este caso? ¿Cómo se aplicaría ese principio a la situación que me comentaste de tu ministerio?". Su objetivo es ayudar a Javier a extraer principios bíblicos y aplicarlos con sabiduría a la vida real.
Al final del ciclo, Carlos no califica a Javier, pero sí completa un breve formulario de valoración en la plataforma, el objetivo es describir de forma breve el compromiso y el crecimiento que ha observado en la capacidad de Javier para conectar la fe y la vida, pero, y esto es muy importante, respetando la confidencialidad e intimidad de Javier.
Carlos no es un profesor para Javier; es un discípulo maduro de su propia iglesia, invirtiendo en otro. Así como vemos en 2 Timoteo 2:2.
Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros.
2 Timoteo 2:2, NVI
Por último, veamos el ciclo desde la perspectiva de Javier, el estudiante. Javier es líder de jóvenes y diseñador gráfico. Su anhelo es tener una base sólida para guiar a otros fielmente.
Para Javier, el ciclo es un ejercicio de participación activa y disciplina. Organiza su agenda para ver las clases de los módulos, las cuales, aunque pueda ver a su propio ritmo, nunca estudiará solo. En los Grupos interactivos, podrá enriquecer su reflexión y fortalecer su pensamiento teológico con la perspectiva de otros estudiantes.
Javier comienza, temprano en el ciclo, revisando las instrucciones de los Proyectos Fe&Vida de cada módulo para tener una visión general y trabajar en las primeras fases. Tiene su primera sesión con Carlos, su mentor, y de esta forma establece un ritmo activo en cada componente de aprendizaje, viviendo una formación integral.
Por otro lado, el Departamento académico le envía notificaciones de estado en cada seguimiento, esto permite que su acompañamiento sea más personalizado. Javier ve su estado “Adecuado” en cada seguimiento, y esto lo anima a seguir avanzando.
Al final, Javier dedica tiempo para refinar y realizar las entregas de ambos proyectos. Completa su autoevaluación del ciclo, esto es importante porque lo invita a la autoreflexión sobre su proceso. Javier siente una gran satisfacción al recibir sus certificados de módulo y estar un paso más cerca de una insignia en su viaje de formación, reconociendo que no solo ha acumulado conocimiento, sino que ha crecido en su capacidad para servir y vivir el Evangelio.
Como puedes ver, este modelo está diseñado intencionalmente para responder a esas inquietudes iniciales. La supervisión pastoral no se pierde, se fortalece. Es el coordinador de la iglesia, como Elena, quien vigila el proceso. Son los mentores de la propia iglesia, como Carlos, quienes guían la aplicación práctica. La fidelidad doctrinal se asegura a través de la transparencia de nuestro contenido, pero la contextualización y la aplicación final ocurren en la relación entre el mentor y el estudiante, dentro del marco de su iglesia local. Y, sobre todo, Fe&Vida no sustituye, sino que sirve a la misión de Dios a través de la iglesia local.
Esperamos que este vistazo práctico te haya dado claridad y confianza. Si resuena con tu iglesia este deseo de equipar a tus líderes de una manera integral, flexible y siempre centrada en el Evangelio, te invitamos a dar el siguiente paso.
Fe&Vida no sustituye, sino que sirve a la misión de Dios a través de la iglesia local.
Visita nuestra página web o agenda una conversación con nuestro equipo. Nos encantaría explorar cómo podemos servirte en la misión que Dios te ha encomendado.
Gracias por acompañarnos, qué el Señor te bendiga.